Zew nació en un campo de prisioneros de la Isla de Rodas en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Allí, habían llegado sus padres luego de un periplo extraordinario, escapando de un pueblo polaco antes de la invasión nazi.
La huida comenzó en 1939, cuando Jaime y Ruth cruzaron las montaña a pie para llegar al Pentcho, el barco que los llevaría a Palestina, junto a otros 500 refugiados judíos.
Después de múltiples peligros, el barco naufragó frente a una isla rocosa y desierta. Todos los pasajeros lograron salvarse y con las ropas escribieron en el suelo “SOS”.
Zew llegó a la Argentina en 1949, se establecieron y en migraciones lo inscribieron como José.
En los años 60´ comenzó a estudiar psiquiatría, profesión que ejerce hasta el día de hoy y que lo hizo partícipe de la importante experiencia de desmanicomialización que sucedió en el Hospital Evita en la ciudad de Lanús, Pcia. de Buenos Aires.
Zew reflexiona sobre su historia, motivado por los encuentros y diálogos que tiene con otros migrantes en su cotidianeidad porteña, mientras busca en la magia un modo de narrar fantástico para contársela a sus nietos.
Gina (17 años), la nieta mayor del protagonista como narradora/animadora al encontrarse con el testimonio de su abuelo, comienza a indagar sobre su ancestralidad y transforma el relato en película animada para volver a contarlo y darle permanencia.
Finalmente, Zew consigue encontrar el truco y transformar la tragedia en un aprendizaje colmado de ternura.
«ZEW, los mundos que se encuentran», dirigida por Irene Kuten
Estreno: 13 de octubre